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Vìa de la Palombella

Vìa de la Palombella

En el barrio Pigna hay una calle estrecha y no muy larga que conecta dos famosas plazas de Roma, Piazza della Minerva a Piazza Sant'Eustachio, cruzando el área donde en la antiguidad Marco Vipsanio Agripa había construido para el pueblo romano un complejo de edificios entre los que incluso hoy en día podemos admirar el más sorprendente, el Panteón; la calle se llama Via della Palombella.
El nombre casi seguramente se deriva de una palomita que tenìa su nido por ahì; en aquel tiempo era usual otorgar a las calles nombres relacionados a la presencia de animales como, por ejemplo, a la cercana Calle de la Gata.
La calle se abrió alrededor de 1550 porque, como nos dicen los cronistas de la época, ahora era imposible restaurar los vestigios de los Baños de Agrippa, por lo que el fiscal Mario Perusco se aprovechó de ello y, más allá de la calle, se hizo construir un buen Palagio pero, habiendo tomato prestado el dinero necesario y sin poder devolverlo, el edificio fue a la subasta.
A lo largo del primer tramo del camino se pueden admirar los restos visibles de la Basílica de Neptuno construida por Agripa; el arco central era un nicho, en el centro del cual había una estatua del Dios, estaba dentro de un gran salón, de hecho cortado en dos por Via della Palombella. La parte del salón que se apoyaba contra el Panteón en la Edad Media estaba cerrada y en 1459 el arcipreste de la Rotonda había puesto en marcha una hilandería para hacer las cuerdas.
En la calle, ademas, hasta principios del siglo XX había una posada que era el lugar de reunión de los matones de los distritos y justo antes de la entrada, quizás cómplice la oscuridad del Panteón frente a esos restos, tuvo lugar el rito de iniciación; un duelo donde los que querían ser admitidos en el grupo tenìan que dar prueba de su coraje luchando contra un miembro con rango. Fue un duelo con cuchillos llamado cicciata, podría llamarse un duelo a la primera sangre donde el neófito fue aceptado en el grupo si podía golpear al oponente en el vientre con el cuchillo, en el punto donde estaba la gordura (ciccia en dialecto romano). La pelea con el tajno (cuchillo) fue cierta, pero las puntas de las armas permanecieron solo mínimamente descubiertas y el resto de la hoja estaba envuelta con un cordel (la seguridad) para que solo la grasa del adversario pudiera ser golpeada. Si el joven lograba golpear al oponente, era admitido y el ritual terminaba con una resaca general en la posada.
Pero la Hosterìa de la Palombella también ha conocido a otros clientes, de hecho, fue uno de los lugares favoritos de James Joyce que vino aquí para beber los vinos de Montepulciano, Montefiascone y de Castelli Romani.
La calle cruza Via della Rotonda y, doblando ligeramente a la derecha, continúa su camino, haciendo visible la Iglesia de San Eustaquio . Esta parte de la calle tiene palacios en ambos lados , como el Palacio Aldobrandini, donde en 1873 se abrió el primer Instituto Superior Femenino, que lleva el nombre de Erminia Fuà Fusinato. Aquí también se estableció la "Sociedad para la educación científica y literaria de las mujeres", que promovió reuniones de lectura y discusión. Todos los principales estadistas y escritores del Reino de Italia participaron en sus reuniones. En 1888, Giosuè Carducci leyó su poema Jaufré Rudel frente a la reina Margarita que también estuvo presente en marzo de 1883 en una conferencia de Antonio Fogazzaro sobre El origen del hombre y el sentimiento religioso.
Justo al final de la calle, a la esquina de Plaza de San Eustaquio, se encuentra el hermoso Palacio de Tizio de Spoleto, que era el Maestro de Cámara, es decir el Mayordomo, del cardenal Alejandro Farnese; es un palacio renacentista cuya fachada fue pintada al fresco por Taddeo Zuccari ...



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