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Los clones de Nerón


El 9 de junio de 68 d.C., muriò Nerón Domicio Ahenobarbo, fue el último emperador de la dinastía Julio -Claudia.
En el curso de 67 d.C., por locura represiva, Nerón había impulsado al suicidio el general Domicio Corbulo, ordenó suicidarse también a Servio Sulpicio Galba, gobernador de España, que en lugar de suicidarse declaró su lealtad a Roma y el Senado y no reconocer mas la autoridad de Nero. Lucio Clodio Macer en África siguiò Galba bloqueando los envíos de trigo a Roma, Galba por su parte, recurrió a su lado la guardia pretoriana prometiendo grandes sumas de dinero; en ese momento el Senado destituyó Neròn.
Nero huyó de su palacio, donde estaba solo y se refugió en la villa que el liberto Faonte tenía en los campos de agro crustumiense cerca de Roma; tomó un gladio (espada corta) y lo empujó contra su pecho, pero no teniendo el valor para empujar al final se hizo ayudar por su secretario a libellis (peticiones) Epafrodito.

El Senado decretó la damanatio memoriae, pero permitiò que se hiciera un funeral privado. Entonces Faonte llamò a Acte a concubina que había amado el joven Neròn, que fue a la villa con Egogle y Alejandría, as dos nodrizas que lo habían criado con su tía Domizia Lépida. Ellas serán los últimos en tomar cuidado de su cuerpo; Neròn fue incinerado, envuelto en las mantas blancas tejidas de oro que habìa utilizado en las última Calendas de enero.
Las tres mujeres llevaron las cenizas de Neròn en la Sepulcro de la gens Domitia, en el Collis Hortulorum, de que todos pudieran ver desde el Campo de Marte, y èl depusieron en una urna de pórfido coronada por un altar de mármol de Luni.
Nerón no fue enterrado entre los augustos, èl renunciado se encontró en el eterno descanso cerca de Mesalina, su prima y de la tía amada que lo había criado, Domizia Lépida.

Suetonio cuenta que muchos lloraron la muerte de Nerón y durante meses se pusieron flores en su tumba, así como en el Foro fueron expuestas estatuas vestidas con togas y colgados algunos de sus edictos.
Nadie màs que las tres mujeres viò el cuerpo de Neròn muerto y hubo quienes no lo creía muerto, pero sólo escondido en algún lugar esperando para volver; este rumor que circuló en Roma favoreció la aparición de impostores, de algunos de estos y de sus intentos por conseguir algo nos dicen los historiadores.
Tácito cuenta que, en 69 dC, un Nerón apareció en la provincia de Asia, tal vez él era un esclavo o un liberto del Ponto italiano que se parecía mucho a Neròn y también sabía tocar el arpa y cantar. Se las arregló para terminar debajo de él un grupo de desertores y hacerse prestar un barco con que marchar a Roma, pero fue golpeado por una tormenta en la isla de Kythnos en las Cícladas; en la isla agregò a su grupo algunos legionarios licenciados y hizo matar a los que se negaron, incluso trató de convencer al centurión que traía en Roma las manos derechas, promesas de amistad del ejército sirio. El centurión no le creyó y se fue a escondidas de la isla; la noticia de este impostor alcanzó a Galba que encargó Calpurnio Asprenate para arreglarlo. Asprenate enviò a dos trirremes que se quedaron en el juego del impostory navegaron a llevarlo a Egipto, donde quería ir. A continuación, el impostor fue aislado, asesinado y su cuerpo enviado a Roma.
Hubieron otros impostores, incluso después de muchos años la muerte de Nerón; según el historiador Dión Casio uno de estos se presentó cuando era emperador Tito, y estuvo a punto de formar un pequeño ejército con el que quería, con la ayuda de los Partos, reemplazar a Tito. Ella cometió el error de pedir a Artabano, rey de los Partos, una contropartida por haberle devolvido Armenia: los Partos lo mataron.
La leyenda de que Nerón todavía estaba vivo todavía circulaba en el siglo IV, tanto es así que San Agustín la recuerda cómo la leyenda de Nero redivivus.





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