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Las Calzadas Romanas


La red de carreteras de Roma en el I° siglo AD fue unos 100.000 km y dividida en 29 carreteras que comenzaban de Roma y después de haber atraversado el Italia llegaban en todos los territorios del imperio.
Los caminos de las calzadas o vìas se reproduciban en pergaminos que mostraban no sólo las ciudades que habìan alcanzadas pero también daban información sobre estaciones de correo y puertos para los viajes por mar.
De estos rollos deja una copia hecha en la edad media y se conoce como Tabula Peutingeriana; la tabla está compuesta por 11 rollos juntos en una franja de 680 x 33 centímetros.

Las calzadas romanas fueron pavimentadas con piedras poligonales a lo largo de su trayectoria; las rocas de basalto podrían ser brillante como en el conjunto del centro de Italia, pero también podrían ser de granito, piedra caliza y otros compactos piedras en relación con los materiales disponibles en los territorios.
Los caminos tenían una anchura mínima establecida en 14 pies – m. 4.1 – porque esta era la necesaria para el paso de dos carros que se cruzaban. Pero las carreteras eran mucho más altas porque además el tránsito de carros había un intenso tráfico peatonal que recorreba el camino pasando ed la tierra batida en los lados delempedrado. Estas aceras eran bien 3 metros de ancha a cada lado, y luego la anchura total de las calzadas era unos 10 metros.

El ancho de las calles fue debido principalmente a la razón para la cual fueron construidos: las grandes vías consulares fueron construidas por ingenieros del ejército para facilitar el movimiento de legiones donde era necesario sus precencia. Los romanos eran constructores logrados porque entendieron que para dominar el mundo no era suficientemente sus habilidades de guerreros; su ejército debía ser capaz de llegar rápidamente cuando sea necesario y luego sus caminos no sólo eran lo suficientemente grandes como para mover legiones con el equipaje, pero también eran màs cortas posible; las pistas eran para ser dirigido de un medio a otro sin preocuparse en combinar grandes centros o tener que superar obstáculos naturales.
El mejor ejemplo fue la vía Appia cuyo rastro es un perfecto rectlineo de 90 km desde Roma a Terracina que supera los Montes Albanos, pasea a través de las marismas Pontinas y corta los lados de las colinas para ir en el sur . Fue el emperador Trajano en 109 AD. que, donde salvar a 1 milla de Apia y hasta eliminar una cuesta de 147 mt., decidiò a la inmensa labor de corte de Pisco Montano (ver foto del corte de Pisco Montano en Terracina). Cortar el acantilado de Pisco Montano fue una obra impresionante: más de 13.000 mc. de roca fueron quitados, para 128 pies (= 38 m) de altura y una longitud de 1000 pies (= m. 296). La prueba de la eficacia del sistema de las vìas romanasse puede observar todavìa hoy; en la red de carreteras de Europa, norte de África y del cercano Oriente las pistas permanecien invariables y las modernas carreteras corren paralelas al empedrado de las calzadas de Roma Antigua.





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